Cecilio, gerente de RRHH, camina por el pasillo principal de las oficinas de una importante compañía multinacional. En eso, le sale al cruce Daniela, con un bonobón en la mano y le dice la frase de rutina que se impuso en Argentina la primera semana de Julio: -"Una golosina por un beso".
Cecilio, sorprendido, agradece amablemente con una sonrisa, le da un beso de mejilla a Daniela y sigue su rumbo con la golosina en mano.
Un administrativo contable de poca monta, que observó toda la escena, ve su oportunidad de conseguir un beso de la bella Daniela, se acerca prudentemente y le susurra: -"¿Para mi no hay?"
A lo que Daniela responde: -"No. Me alcanzan justo para los gerentes y los jefes".
¡Eso si que son conceptos claros y convicciones firmes! Daniela va a llegar lejos.
Ey! Yo les llevé una caja de bombones a las preceptoras porque me acomodaron un horario... Seré un prostituto pero trabajo tres días a la semana, y trabajar poco es una de mis más fuertes convicciones...
ResponderEliminarBien lejos, o bien abajo también...
ResponderEliminarSaludos!
J.