Mucho se ha escrito, investigado y desarrollado alrededor de los perfumes que, de solo olerse, despiertan en las personas del otro sexo un deseo y una pasión irrefrenables. Que extractos naturales de plantas exóticas, que a base de feromonas... que se yo... a la hora de la verdad, sólo conozco un caso real: el de Jacques Bombouiller.
Jacques, hermano menor de la señora de Bombouiller, había dado con una mezcla infalible. La fórmula llegó a mis oídos unos meses antes de su muerte, cuando en sus raptos de delirio revelaba todos sus secretos: cuentas bancarias en el extranjero, hijos no reconocidos, y la famosa fórmula del perfume al que nunca ninguna mujer se pudo resistir.
Una medida de perfume Old Spice, una medida de perfume Patchouli y una cucharada sopera de aceite de oliva extra virgen de primera prensada. Mezclarlos bien, agitar la emulsión, frotarla detrás de las orejas, en las sienes... y listo.
Bastaba una breve conversación con la dama elegida, un par de inhalaciones de tan irresistible elixir, y raudamente, sin mediar demasiado, se subían a la Ferrari Berlinetta de Jacques y se dirigían al albergue transitorio mas cercano.
A veces, más que perfumes ajenos, el de la propia piel es suficiente...
ResponderEliminarSaludos
J.
He oido decir que existía la versión femenina a base de Sweet Honesty de Avon, quitaesmalte Cutex y jabón en polvo Ala. Confirme o desmienta, Potoca.
ResponderEliminarConfirmado.
EliminarCombinado con minifaldas y remera de Lycra sin corpiño es una combinación letal.
Hace años el Señor Potoca, un experto en la materia, me regaló un perfume cuyo verdadero nombre no recuerdo, era conocido por otro nombre, que me atrevo a escribir aquí por temor a no pasar la censura.
ResponderEliminarMuy efectivo por cierto, gracias.
¿Y poniéndote eso no te queda olor a bombón de la señora de Bombouiller?
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