Estaba contándole un cuento de hadas a mi hija de seis años, y llegué a una parte que decía mas o menos así:
- ...entonces la princesa se dio cuenta de que estaba enamorada del príncipe...-
(interrupción)
- No papá. La mujeres no se enamoran.-
- ¿Cómo que no se enamoran, hija?. Se enamoran, luego se ponen de novias, luego se casan...-
(interrupción)
-No papá. Los que se enamoran son los varones y la mujeres son las que deciden.-
-¿Y que deciden?-
-Y... deciden con quien se casan.-
-¿Y vos como sabés eso?
- Lo se porque es así, papi.-
(silencio)
- ...entonces el príncipe se enamoró de la princesa, y ella, luego de pensarlo, decidió finalmente que iba a casarse con él.-
- Así está bien, papi.-
Jajaja. ¡Me encantó!
ResponderEliminarVoy a tener que compartirlo con alguien a quien creo le gustará mucho.
Esa niña acaba de cometer un delito. Está establecido en el Código Civil Femenino, art.78, inciso 4, que "el estatuto del secreto acerca del inherente poder de decisión femenino será considerado prioridad número uno entre las miembras, tanto nuevas como antiguas".
ResponderEliminarLa sinceridad no es delito, a lo sumo es pecado. Gracias por comentar.
ResponderEliminarDefinitivamente tu hija la tiene muy!!!! clara! ...
ResponderEliminarVeo que hasta ahora ninguna mujer la ha contradecido.
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