Este diálogo ocurrió en el arca.
La esposa de Noé le había preparado una exquisita cazuela.
Noé: - Mi amor, que delicioso estofado.
Esposa: - Gracias mi cielo, es lo menos que mereces (esto lo debe haber dicho con sorna, porque el cielo, en pleno diluvio, no era de lo mas lindo que había).
Noé: -¿Y que carne era?
Esposa: - Ave.
Noé: - Ya se, mi amor... pero que ave... ¿pollo?
Esposa: - No, pollo no. Era otro mas chiquito...
Noé: - ¿Codorniz?
Esposa: - No, eso tampoco.
Noé: - ¿Perdices quizás?
Esposa: - No... unos mas coloridos...
Noé: - ¿Serían faisanes?
Esposa: - Que más da, querido... total que de esos, eran los dos últimos que quedaban.
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10 de noviembre de 2012
4 de noviembre de 2012
Instantes eran los de antes
Canal de deportes. Previa a la transmisión de un partido de fútbol.
Grandes titulares en la pantalla "EN INSTANTES RIVER - BOCA".
El periodista deportivo llenaba el espacio temporal de palabras vacías y conceptos huecos; reiteraciones. El motivo era evidente: faltaban mas de dos horas para que se iniciara el encuentro.
Canal de noticias. Imágenes de un choque en alguna autopista.
Grandes titulares en la pantalla "TRAGICO ACCIDENTE. OCURRIO HACE INSTANTES".
En la pantalla veo que es de noche. Lo pasan al mediodía.
Que largos son los instantes de la televisión argentina.
Tal vez debieran ser mas específicos y decir: "DENTRO DE 7500 INSTANTES COMIENZA EL SUPERCLÁSICO" o "ESTO OCURRIO HACE 12850 INSTANTES".
Para que no nos confundamos. Para tener un orden de magnitud. Para no sentirnos tan insultados.
Un instante, lo recuerdo como aquel en que el profesor se daba vuelta o miraba para otro lado y me permitía fisgonear en mi machete durante un examen.
O cuando no se como, me distraje y me sacaron la billetera del bolsillo de la campera.
También está el instante romántico, ese breve y casi imperceptible cruce de miradas cómplice entre quienes tienen algo que decirse pero aún no encontraron el momento.
Imaginen ahora que necesitásemos dos horas para pispear un machete; o que el ratero demorase cinco horas en sacarme la billetera del bolsillo (bueno para mi, malo para el ratero). Peor: que fuera necesario mirarnos diez horas a los ojos con alguien para darnos cuenta de que estamos enamorados.
Los instantes de la televisión argentina son una porquería; horribles. Me quedo con los mios, con los de antes.
Esto es todo queridos lectores, en instantes, una nueva entrada en este blog.
Grandes titulares en la pantalla "EN INSTANTES RIVER - BOCA".
El periodista deportivo llenaba el espacio temporal de palabras vacías y conceptos huecos; reiteraciones. El motivo era evidente: faltaban mas de dos horas para que se iniciara el encuentro.
Canal de noticias. Imágenes de un choque en alguna autopista.
Grandes titulares en la pantalla "TRAGICO ACCIDENTE. OCURRIO HACE INSTANTES".
En la pantalla veo que es de noche. Lo pasan al mediodía.
Que largos son los instantes de la televisión argentina.
Tal vez debieran ser mas específicos y decir: "DENTRO DE 7500 INSTANTES COMIENZA EL SUPERCLÁSICO" o "ESTO OCURRIO HACE 12850 INSTANTES".
Para que no nos confundamos. Para tener un orden de magnitud. Para no sentirnos tan insultados.
Un instante, lo recuerdo como aquel en que el profesor se daba vuelta o miraba para otro lado y me permitía fisgonear en mi machete durante un examen.
O cuando no se como, me distraje y me sacaron la billetera del bolsillo de la campera.
También está el instante romántico, ese breve y casi imperceptible cruce de miradas cómplice entre quienes tienen algo que decirse pero aún no encontraron el momento.
Imaginen ahora que necesitásemos dos horas para pispear un machete; o que el ratero demorase cinco horas en sacarme la billetera del bolsillo (bueno para mi, malo para el ratero). Peor: que fuera necesario mirarnos diez horas a los ojos con alguien para darnos cuenta de que estamos enamorados.
Los instantes de la televisión argentina son una porquería; horribles. Me quedo con los mios, con los de antes.
Esto es todo queridos lectores, en instantes, una nueva entrada en este blog.
8 de octubre de 2012
La Importancia del Lomo de un Libro
Estaba yo en la habitación contigua a la del televisor encendido, pero escuché con claridad porque estaba fuerte el volumen.
-"Finalizada la remodelación, ahora nos resta cambiar todos los libros de la biblioteca para que combinen con la nueva ambientación"-.
Salí corriendo para ver de que se trataba, ya que me costaba creer lo que había oído, pero así era nomás: un canal de Utilísima en donde la conductora instaba a los televidentes a que los lomos de sus libros tuvieran colores que combinaran con la decoración de la habitación.
Solo me queda agregar:
Señores escritores, cuando hagan una tirada de su libro, pidan al editor por lo menos 7 u 8 colores de tapa y lomos diferentes. El contenido: pamplinas; es lo de menos.
-"Finalizada la remodelación, ahora nos resta cambiar todos los libros de la biblioteca para que combinen con la nueva ambientación"-.
Salí corriendo para ver de que se trataba, ya que me costaba creer lo que había oído, pero así era nomás: un canal de Utilísima en donde la conductora instaba a los televidentes a que los lomos de sus libros tuvieran colores que combinaran con la decoración de la habitación.
Solo me queda agregar:
Señores escritores, cuando hagan una tirada de su libro, pidan al editor por lo menos 7 u 8 colores de tapa y lomos diferentes. El contenido: pamplinas; es lo de menos.
13 de septiembre de 2012
Anillos Buscan Dedos
Esta frase la escuché en la calle, en una feria de artesanos.
Una adolescente le dice a otra:
-"Me gustaría tener más dedos en las manos, así podría ponerme más anillos".
Es tan maravillosamente graciosa, profunda y vacía al mismo tiempo, que no se me ocurre ningún remate ocurrente mas que volver a leerla.
Una adolescente le dice a otra:
-"Me gustaría tener más dedos en las manos, así podría ponerme más anillos".
Es tan maravillosamente graciosa, profunda y vacía al mismo tiempo, que no se me ocurre ningún remate ocurrente mas que volver a leerla.
18 de agosto de 2012
La Camarera Soviética
El Buitre, Cianuro y yo entramos a cenar a una pizzería, al azar, sin referencias, al vuelo; y nos sorprendimos gratamente: la camarera era una hermosa chica rusa.
¿Y como supimos que era rusa? Pues... nunca lo supimos, lo fantaseamos. Pronunciaba la 'R' muy fuerte, y la arrastraba, así como los doblan a los soviéticos en los doblajes de pacotilla de las películas de la segunda guerra mundial y la guerra fría. Además era muy rubia y de tez blanca, ojos azules; un estereotipo de rusa que nos armamos viendo las deportistas soviéticas en las transmisiones de los juegos olímpicos.
Enseguida hubo clima.
Cuando sonreía se le formaba un hoyuelo en la mejilla.
Por mis canas y mis arrugas, mi tren había pasado de largo, pero el Buitre y Cianuro estaban entusiasmados.
Pero la rusa nos traía cualquier cosa, mal la bebida, mal la variedad de pizza. Evidentemente no entendía del todo el idioma. De todos modos seguíamos embelesados, sus movimientos cuasi frágiles parecían mas de bailarina que de camarera, no encajaba con lo que estaba haciendo.
Le pedimos una picada de milanesa y nos trajo aceitunas. Las dejó junto a Cianuro. Había dejado una señal.
Cuando estaba levantando los platos, e íbamos a pedir un café, se le cayeron torpemente los cubiertos de la bandeja sobre la mesa e hizo un desparramo de botellas, vasos y aceitunas.
- Por lo menos la gravedad funciona - espetó el Buitre, un poco fastidiado por el servicio, pero mas porque las sonrisas de la rusa recorrían los caminos que llevaban a Cianuro.
Bomba atómica en medio de una pieza de minué.
Témpano de la nada.
Como un pedo que se nos escapa cuando estamos tomando la comunión.
Cianuro le clavó la mirada al Buitre; había roto el hechizo.
La camarera rusa sonrojó sus mejillas cual muñequita mamushka, se cubrió lo ojos y salió sollozando de puntillas. Era más frágil de lo que parecía.
No mas sonrisa, no mas hoyuelos.
La cuenta la trajo un mozo al que tal vez apodaran Paco, o Manolo.
Yo dejé propina, Cianuro también, el Buitre no.
Nunca volvimos. No nos animamos. Jamás.
¿Y como supimos que era rusa? Pues... nunca lo supimos, lo fantaseamos. Pronunciaba la 'R' muy fuerte, y la arrastraba, así como los doblan a los soviéticos en los doblajes de pacotilla de las películas de la segunda guerra mundial y la guerra fría. Además era muy rubia y de tez blanca, ojos azules; un estereotipo de rusa que nos armamos viendo las deportistas soviéticas en las transmisiones de los juegos olímpicos.
Enseguida hubo clima.
Cuando sonreía se le formaba un hoyuelo en la mejilla.
Por mis canas y mis arrugas, mi tren había pasado de largo, pero el Buitre y Cianuro estaban entusiasmados.
Pero la rusa nos traía cualquier cosa, mal la bebida, mal la variedad de pizza. Evidentemente no entendía del todo el idioma. De todos modos seguíamos embelesados, sus movimientos cuasi frágiles parecían mas de bailarina que de camarera, no encajaba con lo que estaba haciendo.
Le pedimos una picada de milanesa y nos trajo aceitunas. Las dejó junto a Cianuro. Había dejado una señal.
Cuando estaba levantando los platos, e íbamos a pedir un café, se le cayeron torpemente los cubiertos de la bandeja sobre la mesa e hizo un desparramo de botellas, vasos y aceitunas.
- Por lo menos la gravedad funciona - espetó el Buitre, un poco fastidiado por el servicio, pero mas porque las sonrisas de la rusa recorrían los caminos que llevaban a Cianuro.
Bomba atómica en medio de una pieza de minué.
Témpano de la nada.
Como un pedo que se nos escapa cuando estamos tomando la comunión.
Cianuro le clavó la mirada al Buitre; había roto el hechizo.
La camarera rusa sonrojó sus mejillas cual muñequita mamushka, se cubrió lo ojos y salió sollozando de puntillas. Era más frágil de lo que parecía.
No mas sonrisa, no mas hoyuelos.
La cuenta la trajo un mozo al que tal vez apodaran Paco, o Manolo.
Yo dejé propina, Cianuro también, el Buitre no.
Nunca volvimos. No nos animamos. Jamás.
7 de agosto de 2012
Almacén Lidia
La primer poesía que memoricé en mi vida, a fuerza de leerla todos los dias, estaba escrita en letra de imprenta y con fibra azul en una hoja de papel de envolver el fiambre, ubicada detrás del mostrador del almacén de la cuadra de mi barrio. Versaba así:
Si fio, pierdo lo mío
si doy, no se donde voy
si presto, al cobrar molesto
por eso ni fio, ni doy, ni presto.
Clara y concreta; atemorizante, tajante, firme, segura de si misma y rebosante de personalidad, son los atributos que hacen que al dia de hoy aún la recuerde como la mas bella de las rimas. Es ulular de sirenas para mis oídos avaros...
en fin, que mas da...
... el almacenero igualmente se fundió.
Si fio, pierdo lo mío
si doy, no se donde voy
si presto, al cobrar molesto
por eso ni fio, ni doy, ni presto.
Clara y concreta; atemorizante, tajante, firme, segura de si misma y rebosante de personalidad, son los atributos que hacen que al dia de hoy aún la recuerde como la mas bella de las rimas. Es ulular de sirenas para mis oídos avaros...
en fin, que mas da...
... el almacenero igualmente se fundió.
30 de julio de 2012
Fiduciario y Fideicomiso
Mi contador se había comprado dos perros de raza dóberman para tener mejor vigilados los terrenos al fondo de su casa.
Los había bautizado Fiduciario y Fideicomiso; al cuete.
Esos nombres tan largos eran poco prácticos para llamarlos. Al final, les decíamos Fidu y Fide, lo cual tampoco tenía mucho sentido, porque a los perros les sonaba igual, y a la voz de Fidu, o Fide, acudían ambos al llamado indistintamente.
Yo le decía que probara entonando los nombres de manera diferente: Fideeee, estirando la 'e' en Fa sostenido, y Fiduuuu, estirando la 'u' en La de la octava anterior. Mi contador era un queso cantando y le salía todo en Re, o a lo sumo en Re sostenido, así que nada, nabo total.
Creo que, en rigor de la verdad, nunca nadie supo quien era Fiduciario y quien era Fideicomiso.
Al final los terminó matando cuando cumplieron ocho años porque perdieron el olfato y atacaban a cualquiera. A Fideicomiso lo enterró al frente de la casa, y al fondo Fiduciario.
Una curiosidad que viene al caso: ¿sabían que todos los dóberman, de nacimiento ladran en Do y que si les cortan las orejas puntiagudas ladran en Do sostenido? De esta manera, si ladran en la oscuridad se puede saber, por el registro del ladrido, si tienen las orejas puntiagudas o no.
Los había bautizado Fiduciario y Fideicomiso; al cuete.
Esos nombres tan largos eran poco prácticos para llamarlos. Al final, les decíamos Fidu y Fide, lo cual tampoco tenía mucho sentido, porque a los perros les sonaba igual, y a la voz de Fidu, o Fide, acudían ambos al llamado indistintamente.
Yo le decía que probara entonando los nombres de manera diferente: Fideeee, estirando la 'e' en Fa sostenido, y Fiduuuu, estirando la 'u' en La de la octava anterior. Mi contador era un queso cantando y le salía todo en Re, o a lo sumo en Re sostenido, así que nada, nabo total.
Creo que, en rigor de la verdad, nunca nadie supo quien era Fiduciario y quien era Fideicomiso.
Al final los terminó matando cuando cumplieron ocho años porque perdieron el olfato y atacaban a cualquiera. A Fideicomiso lo enterró al frente de la casa, y al fondo Fiduciario.
Una curiosidad que viene al caso: ¿sabían que todos los dóberman, de nacimiento ladran en Do y que si les cortan las orejas puntiagudas ladran en Do sostenido? De esta manera, si ladran en la oscuridad se puede saber, por el registro del ladrido, si tienen las orejas puntiagudas o no.
16 de julio de 2012
Fotocopia del DNI
¿Alguna vez pensaron en cuantas veces hicieron fotocopias de sus DNI?
El DNI debe ser el papel que mas veces fotocopiamos en nuestras vidas.
Casi no hay trámite donde no nos pidan la fotocopia del DNI.
Pero... ¿porqué?
¿Usos y costumbres?
¿Derecho adquirido?
¿Mandato constitucional?
¿Cábala?
Tantas veces he visto como simplemente la abrochan a otro papel y la meten en una caja o carpetita donde seguramente nunca volverá a salir.
Municipios, sedes gubernamentales, clubes, bibliotecas, escuelas, universidades, inmobiliarias, escribanías, clínicas, sanatorios, videoclubes, compañías financieras - y tantos otros sitios mas que podría añadir a la lista - acumulan fotocopias de nuestro DNI sin ningún fin predeterminado.
Y allí yacen olvidados, esperando ser el banquete de hambrientas ratas o cucarachas.
Si alguien tiene un relato de como se le simplificó un evento en su vida gracias a que había una fotocopia de su DNI archivada en algún lado, que la cuente, que se la publicamos y damos por cerrado el tema.
No lo entiendo, en fin, pero como "no se puede vivir eternamente contra la corriente", y "si no puedes vencer a tu enemigo únete a él" es que he decidido que a partir de hoy:
Sr. Potoca.
El DNI debe ser el papel que mas veces fotocopiamos en nuestras vidas.
Casi no hay trámite donde no nos pidan la fotocopia del DNI.
Pero... ¿porqué?
¿Usos y costumbres?
¿Derecho adquirido?
¿Mandato constitucional?
¿Cábala?
Tantas veces he visto como simplemente la abrochan a otro papel y la meten en una caja o carpetita donde seguramente nunca volverá a salir.
Municipios, sedes gubernamentales, clubes, bibliotecas, escuelas, universidades, inmobiliarias, escribanías, clínicas, sanatorios, videoclubes, compañías financieras - y tantos otros sitios mas que podría añadir a la lista - acumulan fotocopias de nuestro DNI sin ningún fin predeterminado.
Y allí yacen olvidados, esperando ser el banquete de hambrientas ratas o cucarachas.
Si alguien tiene un relato de como se le simplificó un evento en su vida gracias a que había una fotocopia de su DNI archivada en algún lado, que la cuente, que se la publicamos y damos por cerrado el tema.
No lo entiendo, en fin, pero como "no se puede vivir eternamente contra la corriente", y "si no puedes vencer a tu enemigo únete a él" es que he decidido que a partir de hoy:
- Mis amigos o quienes quieran acreditar tal condición deberán entregarme una fotocopia de su DNI contra la que entregaré un certificado que acredite el vínculo afectivo.
- Los amigos de mis hijos que quieran venir a jugar a casa con mis niños, deberán traer fotocopia de su DNI y del de ambos padres o tutores.
- Los vecinos, compañeros de trabajo o familiares que me soliciten algo prestado, sea una lapicera, sea la cortadora de césped o una llave francesa, recibirán el objeto en préstamo contra presentación de fotocopia de su DNI.
- Mi esposa, cada vez antes de que tengamos relaciones íntimas, me deberá presentar una fotocopia de su DNI, así podré yo acreditar que es con ella con la que hago el amor y no le estoy poniendo los cuernos.
Sr. Potoca.
1 de junio de 2012
Probable Diálogo entre Adán y Eva
Adán y Eva tirados en el césped del paraíso terrenal, boca arriba, mirando el cielo, en silencio... hasta que...
(Eva): -Adán.
(Adán): ¿Mmmmm?
(Eva): ¿En qué estás pensando?
(Adán): En nada...
(Eva): ¿Cómo en nada? En algo tenés que estar pensando...
(Adán): Estoy mirando esas cosas blancas que surcan el cielo, no les he puesto un nombre todavía.
(Eva): ¿Querés que le pongamos un nombre juntos?
(Adán): Yo había pensado en llamarlas "cachanfonchongas".
(Eva): Es muy largo, Adán, mejor las llamaremos "nubes".
(Adán): ¿Nubes?
(Eva): Si... ¿no es sensual? Nu-bes... nu-bes...
(Adán): ¿Que es sensual?
(Eva): Mi cuerpo, por ejemplo... ¿no ves que estoy desnuda?
(Adán): Ufa, no entiendo nada... ¿porqué me tocás? ¿Que comiste hoy?
(Eva): Manzana... ¿querés probar?
(Adán): No... salí... no me toques más.
(Eva): ¿Que te pasa? ¿Porqué no te gusto? ¿Acaso hay otra en tu vida?
(Adán): ¿Otra? ¿Que quiere decir "otra"? Cada vez te entiendo menos.
(Eva): Otra es una distinta a mi, que te parezca atractiva... linda... agradable...
(Adán): Ahhh... que se yo... la gorila es una morocha interesante... mas o menos ¿no?
(Eva): ¿La gorila? ¿La gorila te gusta mas que yo?
(Adán): No, yo no dije eso, cachanfonchonga mia...
(Eva): Sos una basura, sos un hijo de puta.
(Dios, interrumpiendo enojado): Momentito, momentito, Eva... no te metas con el Espíritu Santo que de última, él también es tu madre.
(Eva): -Adán.
(Adán): ¿Mmmmm?
(Eva): ¿En qué estás pensando?
(Adán): En nada...
(Eva): ¿Cómo en nada? En algo tenés que estar pensando...
(Adán): Estoy mirando esas cosas blancas que surcan el cielo, no les he puesto un nombre todavía.
(Eva): ¿Querés que le pongamos un nombre juntos?
(Adán): Yo había pensado en llamarlas "cachanfonchongas".
(Eva): Es muy largo, Adán, mejor las llamaremos "nubes".
(Adán): ¿Nubes?
(Eva): Si... ¿no es sensual? Nu-bes... nu-bes...
(Adán): ¿Que es sensual?
(Eva): Mi cuerpo, por ejemplo... ¿no ves que estoy desnuda?
(Adán): Ufa, no entiendo nada... ¿porqué me tocás? ¿Que comiste hoy?
(Eva): Manzana... ¿querés probar?
(Adán): No... salí... no me toques más.
(Eva): ¿Que te pasa? ¿Porqué no te gusto? ¿Acaso hay otra en tu vida?
(Adán): ¿Otra? ¿Que quiere decir "otra"? Cada vez te entiendo menos.
(Eva): Otra es una distinta a mi, que te parezca atractiva... linda... agradable...
(Adán): Ahhh... que se yo... la gorila es una morocha interesante... mas o menos ¿no?
(Eva): ¿La gorila? ¿La gorila te gusta mas que yo?
(Adán): No, yo no dije eso, cachanfonchonga mia...
(Eva): Sos una basura, sos un hijo de puta.
(Dios, interrumpiendo enojado): Momentito, momentito, Eva... no te metas con el Espíritu Santo que de última, él también es tu madre.
29 de marzo de 2012
Aprenda a Hacerse Odiar por un Entrerriano
Paso 1: acepte la invitación del entrerriano a tomar mate.
Paso 2: cuando el entrerriano esté haciendo los preparativos, comente que va a tomar muy pocos mates, porque no le hace bien al estómago.
Aquí, el entrerriano sonreirá casi sin entender, ya que tomar muy poco mate es un concepto casi incomprensible para él, pero ya habrá logrado sembrar la semilla del desprecio en su corazón.
Paso 3: mientras el entrerriano continúa con la ceremonia de preparación de la yerba, comente al pasar, que quienes realmente son buenos cebadores de mate son los uruguayos.
Paso 4: cada vez que sea su turno en la ronda, limpie la punta de la bombilla con una servilleta o pañuelo descartable, antes y después de tomar el mate.
Paso 5: devuelva el mate a cualquier otra persona, menos al que está cebando.
Paso 6: elogie el sabor del mate, felicite al cebador, y trascartón pregunte si le pusieron cachamay o algún otro yuyito serrano para lograr que quede tan rico.
En este punto, el entrerriano ya lo odia a usted lo suficiente como para no invitarlo nunca jamás a tomar mate, sin embargo, puede ir un poco mas allá si lo desea:
Paso 7: en un descuido, quítele el termo y el mate al cebador, y ofrézcase a cebar usted.
Paso 8: saque de su cartera, bolso o bolsillo, un pote de chuker o algún edulcorante líquido similar y échele un chorro generoso al mate.
Paso 9: tome la bombilla y revuelva la yerba, dejando toda la yerba bien revuelta dentro del mate.
Paso 10: vierta el agua a la yerba en forma circular, cuidando de mojar toooooda la superficie, de modo que la yerba se lave en muy pocas cebadas.
En esta etapa se abren dos caminos posibles, a saber,
a) el entrerriano siente una fuerte puntada en el centro del pecho, pierde el habla, se le nubla la visión y no puede respirar. Solicite urgentemente una ambulancia.
b) el entrerriano propina a usted una feroz golpiza de duración prolongada. Ruegue que alguien llame a la ambulancia... para atenderlo a usted.
Paso 2: cuando el entrerriano esté haciendo los preparativos, comente que va a tomar muy pocos mates, porque no le hace bien al estómago.
Aquí, el entrerriano sonreirá casi sin entender, ya que tomar muy poco mate es un concepto casi incomprensible para él, pero ya habrá logrado sembrar la semilla del desprecio en su corazón.
Paso 3: mientras el entrerriano continúa con la ceremonia de preparación de la yerba, comente al pasar, que quienes realmente son buenos cebadores de mate son los uruguayos.
Paso 4: cada vez que sea su turno en la ronda, limpie la punta de la bombilla con una servilleta o pañuelo descartable, antes y después de tomar el mate.
Paso 5: devuelva el mate a cualquier otra persona, menos al que está cebando.
Paso 6: elogie el sabor del mate, felicite al cebador, y trascartón pregunte si le pusieron cachamay o algún otro yuyito serrano para lograr que quede tan rico.
En este punto, el entrerriano ya lo odia a usted lo suficiente como para no invitarlo nunca jamás a tomar mate, sin embargo, puede ir un poco mas allá si lo desea:
Paso 7: en un descuido, quítele el termo y el mate al cebador, y ofrézcase a cebar usted.
Paso 8: saque de su cartera, bolso o bolsillo, un pote de chuker o algún edulcorante líquido similar y échele un chorro generoso al mate.
Paso 9: tome la bombilla y revuelva la yerba, dejando toda la yerba bien revuelta dentro del mate.
Paso 10: vierta el agua a la yerba en forma circular, cuidando de mojar toooooda la superficie, de modo que la yerba se lave en muy pocas cebadas.
En esta etapa se abren dos caminos posibles, a saber,
a) el entrerriano siente una fuerte puntada en el centro del pecho, pierde el habla, se le nubla la visión y no puede respirar. Solicite urgentemente una ambulancia.
b) el entrerriano propina a usted una feroz golpiza de duración prolongada. Ruegue que alguien llame a la ambulancia... para atenderlo a usted.
25 de marzo de 2012
Salchichón Mágico
Estaba jugando al dominó con mi hija de 4 años.
Me ganó la partida.
La halagué: -te felicito por estar tan atenta y tan concentrada-.
Me miró fijo, contenta, y mientras se tocaba la sien repetidas veces con el dedo índice de la mano derecha, me dijo:
-Es que acá adentro, papi, ¿ves?, tengo un salchichón mágico, que me sirve para saber cual es la ficha que tengo que poner para ganar-.
Me quedé boquiabierto.
Interesante concepto infantil de como funciona el pensamiento humano.
Me deshice las neuronas pensando como diablos se le ocurrió algo así; no lo sé.
Seguramente su salchichón mágico es mas poderoso que el mío.
Me ganó la partida.
La halagué: -te felicito por estar tan atenta y tan concentrada-.
Me miró fijo, contenta, y mientras se tocaba la sien repetidas veces con el dedo índice de la mano derecha, me dijo:
-Es que acá adentro, papi, ¿ves?, tengo un salchichón mágico, que me sirve para saber cual es la ficha que tengo que poner para ganar-.
Me quedé boquiabierto.
Interesante concepto infantil de como funciona el pensamiento humano.
Me deshice las neuronas pensando como diablos se le ocurrió algo así; no lo sé.
Seguramente su salchichón mágico es mas poderoso que el mío.
21 de marzo de 2012
Aparición
El otro día se me apareció la Virgen y me dijo que siga haciendo blogs tan buenos como hasta ahora.
25 de febrero de 2012
Conversaciones Telefónicas. Hoy: Fernando.
RIIINNGG... RINNNGGG (suena el teléfono).
Atiende mi madre.
(Mi Madre): ¿Hola?
(Señor, enojado): ¿Hablo con Fernando?
(Mi Madre): No, habla la esposa.
(Señor, enojado): Pregúntele que si va a venir o no va a venir con el camión.
(Mi Madre): Disculpe... ¿de que me habla?
(Señor, enojado): Que lo estamos esperando con la cosecha y todavía no ha llegado.
(Mi Madre): Pero no puede ser, mi marido trabaja en una tienda.
(Señor, muy enojado): Oiga, su marido ¿tiene o no tiene un camión?
(Mi Madre): No, no tiene.
(Señor, mas enojado): ¿No me dijo usted que es la esposa de Fernando?
(Mi Madre): Mi marido se llama Fernando, pero...
(Señor, mucho muy enojado): Pero nada... sería su marido si tuviera un camión.
Señor enojado corta.
Fin de la conversación.
Atiende mi madre.
(Mi Madre): ¿Hola?
(Señor, enojado): ¿Hablo con Fernando?
(Mi Madre): No, habla la esposa.
(Señor, enojado): Pregúntele que si va a venir o no va a venir con el camión.
(Mi Madre): Disculpe... ¿de que me habla?
(Señor, enojado): Que lo estamos esperando con la cosecha y todavía no ha llegado.
(Mi Madre): Pero no puede ser, mi marido trabaja en una tienda.
(Señor, muy enojado): Oiga, su marido ¿tiene o no tiene un camión?
(Mi Madre): No, no tiene.
(Señor, mas enojado): ¿No me dijo usted que es la esposa de Fernando?
(Mi Madre): Mi marido se llama Fernando, pero...
(Señor, mucho muy enojado): Pero nada... sería su marido si tuviera un camión.
Señor enojado corta.
Fin de la conversación.
30 de enero de 2012
El Kimidiniño
Inés, el Galleta y yo, tomábamos juntos las clases de primera comunión en la parroquia del barrio, hace poco mas de 20 años, en la ciudad de Santa Fe.
Luego de las clases, todos los sábados, nos cruzábamos a la plaza que está frente a la parroquia.
Allí en la plaza, esperábamos un rato a que nuestros papás vinieran a buscarnos.
Nos intrigaba mucho un chillido que salía de las palmeras.
Era como que alguien chillara y silbara al mismo tiempo.
-Son chicharras- decía yo, sabiendo que no lo eran. El canto de la chicharra, tan típico de la siesta santafecina, es mas rasposo.
Parecían chicharras, pero no era igual.
Un sábado Inés dijo:
-Es un Kimidiniño.
-¿Y eso que es?- preguntó el Galleta (el Galleta gustaba de Inés).
-El Kimidiniño es un animal que vive en las palmeras y solo come duraznos al natural. Quien lo mira fijo a los ojos, se convierte en Kimidiniño también.
-Que bolazo, eso lo sacaste de un dibujo animado- la interrumpí.
El Galleta, para lucirse delante de Inés, infló el pecho y salió directo hacia las palmeras.
-Yo voy a mirarlo a los ojos y no me va a pasar nada- dijo con infantil valentía.
-No vayas- le gritó Inés.
El Galleta se paró debajo de las palmeras y miró hacia arriba. Se escuchó un chillido muy agudo que me hizo doler los oídos.
Inés cerró los ojos, gritó (como sólo saben gritar las chicas de diez años) y salió corriendo hacia donde venía su padre. Yo, movido por el cagazo, la imité.
El sábado siguiente el Galleta no fue a la clase de comunión, y el siguiente tampoco. En realidad no fue nunca más.
Mis padres me dijeron que la familia se había ido a vivir a Rosario. Los de Inés le dijeron lo mismo.
Intimamente a Inés y a mi nos carcomió la duda por años. Con el tiempo nos cagamos de risa de la anécdota.
Hace dos semanas fui a Rosario por trabajo.
Iba caminando por la peatonal y lo vi; era el Galleta, como a diez metros frente mío.
El me vió, nos reconocimos. Nos miramos a los ojos unos segundos. Levanté la mano para saludarlo.
Abrió la boca y chilló, con ese chillido característico que salía de las palmeras de la plaza, dió media vuelta y salió huyendo entre la muchedumbre.
No se que pensar. No me animo a llamarla a Inés. Me miro al espejo todas las mañanas y sigo siendo el mismo.
Ayer fui al supermercado y de regreso en casa, cuando abrí el baúl, me encontré con que había cargado 15 latas de duraznos al natural. No recordaba haberlo hecho.
Estoy asustado.
Luego de las clases, todos los sábados, nos cruzábamos a la plaza que está frente a la parroquia.
Allí en la plaza, esperábamos un rato a que nuestros papás vinieran a buscarnos.
Nos intrigaba mucho un chillido que salía de las palmeras.
Era como que alguien chillara y silbara al mismo tiempo.
-Son chicharras- decía yo, sabiendo que no lo eran. El canto de la chicharra, tan típico de la siesta santafecina, es mas rasposo.
Parecían chicharras, pero no era igual.
Un sábado Inés dijo:
-Es un Kimidiniño.
-¿Y eso que es?- preguntó el Galleta (el Galleta gustaba de Inés).
-El Kimidiniño es un animal que vive en las palmeras y solo come duraznos al natural. Quien lo mira fijo a los ojos, se convierte en Kimidiniño también.
-Que bolazo, eso lo sacaste de un dibujo animado- la interrumpí.
El Galleta, para lucirse delante de Inés, infló el pecho y salió directo hacia las palmeras.
-Yo voy a mirarlo a los ojos y no me va a pasar nada- dijo con infantil valentía.
-No vayas- le gritó Inés.
El Galleta se paró debajo de las palmeras y miró hacia arriba. Se escuchó un chillido muy agudo que me hizo doler los oídos.
Inés cerró los ojos, gritó (como sólo saben gritar las chicas de diez años) y salió corriendo hacia donde venía su padre. Yo, movido por el cagazo, la imité.
El sábado siguiente el Galleta no fue a la clase de comunión, y el siguiente tampoco. En realidad no fue nunca más.
Mis padres me dijeron que la familia se había ido a vivir a Rosario. Los de Inés le dijeron lo mismo.
Intimamente a Inés y a mi nos carcomió la duda por años. Con el tiempo nos cagamos de risa de la anécdota.
Hace dos semanas fui a Rosario por trabajo.
Iba caminando por la peatonal y lo vi; era el Galleta, como a diez metros frente mío.
El me vió, nos reconocimos. Nos miramos a los ojos unos segundos. Levanté la mano para saludarlo.
Abrió la boca y chilló, con ese chillido característico que salía de las palmeras de la plaza, dió media vuelta y salió huyendo entre la muchedumbre.
No se que pensar. No me animo a llamarla a Inés. Me miro al espejo todas las mañanas y sigo siendo el mismo.
Ayer fui al supermercado y de regreso en casa, cuando abrí el baúl, me encontré con que había cargado 15 latas de duraznos al natural. No recordaba haberlo hecho.
Estoy asustado.
20 de enero de 2012
Conversaciones Telefónicas. Hoy: Elvira
Suena el teléfono de mi casa.
RIIING RIIIING.
Atiende mi madre, no llega a decir ni hola.
(mujer): ¿Elviraaaaaaa?
(mi madre): No señora, equivocado.
Treinta segundos después suena el teléfono otra vez.
RIIING RIIIING.
(mujer): ¿Elviraaaaaaa?
(mi madre): Debe tener mal el número, señora, porque me llamó a mi de nuevo.
Un minuto después suena el teléfono otra vez.
RIIING RIIIING.
(mujer): Elviraaaaaaa... no sabés lo que me pasooooo... estaba queriendo llamarte y marqué mal dos veces seguiiiiiiidas..!!!!
(mi madre): Sigue llamando al mismo número, señora. Fíjese bien.
Un minuto después suena el teléfono otra vez.
RIIING RIIIING RIIING RIIIING RIIING RIIIING RIIING RIIIING.
Mi madre, ofuscada (por usar un término diplomático), decide no atender.
La amiga de Elvira insiste un par de veces mas.
RIIING RIIIING RIIING RIIIING.
Horas mas tarde mi madre levanta del contestador automático el siguiente mensaje.
"Elviraaaaaaaa... cuando puedas llamame a casa y pasame de nuevo tu teléfono... que el que tengo me lo diste maaaaaal".
RIIING RIIIING.
Atiende mi madre, no llega a decir ni hola.
(mujer): ¿Elviraaaaaaa?
(mi madre): No señora, equivocado.
Treinta segundos después suena el teléfono otra vez.
RIIING RIIIING.
(mujer): ¿Elviraaaaaaa?
(mi madre): Debe tener mal el número, señora, porque me llamó a mi de nuevo.
Un minuto después suena el teléfono otra vez.
RIIING RIIIING.
(mujer): Elviraaaaaaa... no sabés lo que me pasooooo... estaba queriendo llamarte y marqué mal dos veces seguiiiiiiidas..!!!!
(mi madre): Sigue llamando al mismo número, señora. Fíjese bien.
Un minuto después suena el teléfono otra vez.
RIIING RIIIING RIIING RIIIING RIIING RIIIING RIIING RIIIING.
Mi madre, ofuscada (por usar un término diplomático), decide no atender.
La amiga de Elvira insiste un par de veces mas.
RIIING RIIIING RIIING RIIIING.
Horas mas tarde mi madre levanta del contestador automático el siguiente mensaje.
"Elviraaaaaaaa... cuando puedas llamame a casa y pasame de nuevo tu teléfono... que el que tengo me lo diste maaaaaal".
6 de enero de 2012
Viento y Tierra
Estación terminal de ómnibus chicuela; zona rural.
Pueblo tranquilo.
Verano.
Calor.
Clima seco.
Calle de tierra.
Sopla viento y levanta polvareda.
El ómnibus está demorado, tres pasajeros esperamos algo fastidiosos: una señora bien perfumada y vestida de blanco, un chacarero y yo.
Silencio.
-Que manera de soplar viento y tierra!- exclama la señora bien perfumada. Le chorrea una gota por las mejillas.
-Que asquete, para colmo estoy en zandalias.
-Se me van a llenar los dedos de tierra.
-Mmmmm... que polvareda... que horror.
Se dirige al chacarero. -¿A usted no le molesta?-
El chacarero ni la mira, pero contesta:
-Señora: vuela tierra porque vivimos en la tierra, si viviéramos en marte volaría marte.
Fin de la conversación.
Silencio.
Pueblo tranquilo.
Verano.
Calor.
Clima seco.
Calle de tierra.
Sopla viento y levanta polvareda.
El ómnibus está demorado, tres pasajeros esperamos algo fastidiosos: una señora bien perfumada y vestida de blanco, un chacarero y yo.
Silencio.
-Que manera de soplar viento y tierra!- exclama la señora bien perfumada. Le chorrea una gota por las mejillas.
-Que asquete, para colmo estoy en zandalias.
-Se me van a llenar los dedos de tierra.
-Mmmmm... que polvareda... que horror.
Se dirige al chacarero. -¿A usted no le molesta?-
El chacarero ni la mira, pero contesta:
-Señora: vuela tierra porque vivimos en la tierra, si viviéramos en marte volaría marte.
Fin de la conversación.
Silencio.
1 de enero de 2012
Seis Meses Atrasados
En el año 2002 pasé mis primeras navidades en el hemisferio norte. Navidad con frio, como en las películas. Mas concretamente, estaba en España.
Promediando una concurrida y opípara cena navideña, una comensal me pregunta: -¿Y como son las navidades allí en la Argentina, con calor? Es que no me las imagino.
Y antes de que pudiera contestar, un caballero intercede didácticamente: -Mujer, no es que allí sea verano, allí ahora también es invierno, nada mas que van seis meses atrasados a nosotros-.
Promediando una concurrida y opípara cena navideña, una comensal me pregunta: -¿Y como son las navidades allí en la Argentina, con calor? Es que no me las imagino.
Y antes de que pudiera contestar, un caballero intercede didácticamente: -Mujer, no es que allí sea verano, allí ahora también es invierno, nada mas que van seis meses atrasados a nosotros-.
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